Estando en granada, Fer se antojó de un plato Alpujarreño -no estoy segura de si se escribe así- y junto con su mami salimos a buscarlo hasta la sierra. Según me decían, que esa montaña se llenaba de nieve. Personalmente me parecía imposible con ese calor tan rico y seco que hacía en granada.
Supongo que fer tomó esa ruta, no estoy segura... aunque me pareció largo.
Por cada pueblito que pasábamos, caí en cuenta que las casas eran blancas, pequeñas y muy lindas.
Vista desde el parking
El chico màs guapo de pampaneira
Habìa venta de ropa. muy bonita :)
Las calles eran empinadas con canales debido a que de la montaña en invierno cae mucha agua.
Lo importante es que nos amamos, la altura no importa :P :P
Habìan muchos gatitos
La entrada de esta casa es de ensueño
Nos dedicamos a recorrer las casas subiendo la cuesta.
que ternurita ❤
Agua natural de montaña, me apurè a beber, aùn recuerdo y añoro semejante delicia
A fer no le gustó mucho la comida, dijo que no era tan bueno como otros que había probado. Además de que era muy caro. A mi me gustó todo y no me quejé ya que estaba probando y tenìa vistas hermosas. El postre estaba de los mejores que he probado en mi vida, era algo con nata de leche...
Pampaneira me encantó, es lo que yo llamo armonía en su máxima expresión. Las casas llenas de plantas, pocas personas, tranquilo, limpio, buen clima, comida rica. Me recordó a la casa de mi abuela en la buitrera. Quisiera volver a pmpaneira y pasar un par de noches. tranquilidad absoluta. Tan exhausta estaba que me dormí en el camino de regreso a granada jijijiji
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