Colombia 2016 - Antioquia

Antes de viajar a Dubai para pasar las vacaciones con Fer y luego de haber terminado quinto semestre, fui en avión a Medellín. En el vuelo conocí a un joven de nacionalidad británica  pero de padres egipcios y nacido en Egipto. Nos hicimos amigos rápidamente, simplemente charlamos y me cayó bien (Algo difícil de conseguir en estos días). :P

Al llegar al aeropuerto, Nhora me recogió y de paso llevamos a mi nuevo conocido amigo a su hotel que nos quedaba de camino. Los días en Medellín estuvieron bien pero mi momento favorito fue cuando fuimos a montar a caballo en una pesebrera ubicada en la estrella.

No estaba especialmente emocionada por ir a la Finca de Nhora, en medio de la nada sin Internet pero mi nuevo amigo me entretuvo un poco con su cómico español, además de enseñarme a usar mejor mi cámara. Nos tiramos un buen rato tomando fotos y practicando la herramienta manual con enfoque, algo que me alegró porque ya no dependo tanto del automático. 





La finca se ubica cerca a San Vicente, Antioquia. Hay muchas fincas y sembradíos de fresas, fríjol, aguacate.
 Luego de estar en la finca de Nhora, nos fuimos a visitar otra que no quedaba muy lejos, se suponia que tenía muchos aguacatales para exportación y propiedad de un político... al ir allá, nos contó que no tenía la licencia pero que todo se podía bajo cuerda...
De cualquier manera todo fue hermoso, hasta había una planta de marihuana (primera vez en mi vida que veía una). Los campesinos trabajaban sin descanso para recolectar los aguacates y también conocí el árbol de pera. Sueño con algún día tener mi pedazo de tierra en el que pueda tener mis árboles llenos de frutas y mi huerto con verduras (las amo). Sería increíble. 




La plantita de la alegría. 



Hermoso, daban ganas de quedarse a dormir en una hamaca. 



Mi media hermana y Nhora...
A los días fuimos a visitar un pueblito que estaba cerca a medellín luego de almorzar en un restaurante tradicional, cerca a un pueblo llamado El Retiro. Los pueblos en España eran muchísimo más impresionante y la verdad no la pasé tan bien allí, en especial porque no había nada súper WOW para ver aunque debo comentar que se respiraba tranquilidad.









Hicimos un paseo nocturno por los alumbrados tradicionales navideños.


 Desde peque siempre supe valorar mis cosas y cuidarlas, no es que sobrara dinero en la casa... pero muy claramente mi hermana no creció de la misma manera que yo y por lo tanto no supo valorar sus cosas, como castigo le pusieron a regalara a los niños pobres sus regalos de navidad (ella misma tuvo que elegirlos). :P Hubo un evento navideño cerca a alto de minas. Me aburrí a más no poder, sorry, no puedo con los eventos sociales de caridad. Si quieres hacer algo por los demás, no lo publiques, hazlo callado. Además... ¿Por qué darle juguetes a niños que poco los usarán, a facilitarle la vida a esos padres idiotas que en su mayoría eran adolescentes, a muchachas que ya tenían hasta tres niños. No. Sin vergüenzas... me hacía gracia como iban con sus hijos y sus madres, madres que se habían roto la espalda por sacarlas adelante (Se sabe por sus rostros, sus manos). Para mi era un evento de alcahuetería, papá gobierno en lugar de financiar comida, debía esterilizarlas y así se acababa el problema de los niños con necesidades... un solo niño por familia tendría más ventajas en la vida que si se viera rodeado por 5 hermanitos. :P




La yuleimi y el Bryan (Máquinas de hacer pobres)

La sonrisa de una niña que está regalando su ropa de navidad, ya lo sé, muy falsa. jajajaja pero bueno, lo importante es aprender a valorar las cosas y a cuidarlas. 

Mi amigo el egipcio me enseñó a toar fotos de noche. 
Mi último día en Medellín lo pude disfrutar montando a caballo. Es imposible describir la sensación de libertad y pérdida que me da al montar uno de estos maravillosos animales. Te sientes súper vivo. Nhora tenía 2 caballos y una potranca, Ronda, Marquesa y Gracia. 







La yegua poco caso le hacía.. jajaja





Al día siguiente tomé mi vuelo para Bogotá y luego para Madrid, me alejaba por fin de la lluvia intensa de la época para ir al horrible frío invernal español. Los pocos días que pasé en Medellín estuvieron bien, no paraba de hacer cosas e ir a sitios, hasta fui con Nhora al poblado, parque lleras en una noche de chicas (Comimos alitas de pollo en un restaurante, nada de chicos :P). jijijiji
Me hubiera gustado poder montar a caballo todos los días, me llenaba el alma, curiosamente la yegua a mí sí me hacía caso... por lo menos se movía jajaja

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