Cuando llegamos a Pereira desde Quimbaya ya era de noche. Habíamos tardado muchísimo porque el conductor iba bla bla bla con su copiloto. Como cosa rara, llovía. Cogimos un Taxi hasta nuestro hotel pero nos dejó 2 cuadras cerca ya que habían iniciado los preparativos para las procesiones de semana santa y algunas calles estaban cerradas.
El hotel estaba muy bien y venía con desayuno. Como se demoraban atendernos por la cantidad de gente, nos fuimos a la panadería de la esquina a calmar el hambre. Fer con su café y pastel.
Luego de instalarnos en nuestra habitación, salimos a dar un paseo. Desafortunadamente seguía lloviendo y elegí una ropa un poco reveladora. Las procesiones habían iniciado pero según Fer, no alcanzaban el nivel de granada. Le creí completamente. Pedimos taxi que nos llevó a la zona "rosa" de Pereira. Entramos a un bar y nos sentamos un poco alejados a observar a la gente. Los jóvenes bailaban como si tuvieran hormigas en los pies. Y yo pensaba: ¿Cómo carajos se mueven así? No, la pregunta era: ¿Qué los incitaba a moverse?
Fer terminó de beber y salimos a caminar cuesta abajo buscando otro lugar un poco mejor pero nos detuvimos en un restaurante para que cenara. Era muy bonito pero un poco solo, sin gente (mejor para mí). Fer pidió carne, estaba embobado con la carne y aprovechaba muy bien.
Eso fue todo por la noche.
Al día siguiente aprovechamos el día para relajarnos y comprar comida, cosas para pasar el hambre luego de pegarnos un desayuno de reyes. Fuimos a por unos calzoncillos y algo de ropa para mí. La mañana pasó rápida y para ser honesta, no recuerdo que hicimos. Por la noche fuimos al club elephant que es era de los más populares de la ciudad. Coincidimos en que allá iba puro muchacho. No de la edad de Fer. Estuvimos un rato y nos fuimos a dormir.
A la mañana siguiente fuimos a la terminal de nuevo a cover bus para un pueblito llamado Santa rosa (costó cerca de 3000 COP. El recorrido duró poco y el clima húmedo le hacía interesante. Me encantaba ya que veías a la gente mojarse muahahaha. La buseta nos dejó a unas cuadras del centro del pueblo, así que tuvimos que caminar pero entré al baño en una heladería antes de continuar. Sucede que en el centro no era donde se cogia el bus y había que caminar más, diagonal a la estación de policía. Tuvimos suerte al encontrar una chiva que subía hasta las termales. Lastimosamente no había un vehículo oficial bien adecuado, solo chivas y jeeps(aquel triste momento en que te da rabia no tener licencia ni coche a pesar de tener 23 años).
Fue súper cómico ver a Fer subirse en la chiva. OMG! Nunca creí verle en esas. El súper consultor de talla internacional montado en un bus de pueblo campesino con absolutamente nada de seguridad y regulaciones Muhahaha :) :* creíamos que ya con eso habías montado en todos los transportes del mundo...
El conductor no arrancó hasta que ese bus se llenara hasta las tetas. Fui muy feliz tomando selfies que mataban a fer de vergüenza.
La lluvia continuó pero poca y dejamos el pueblo para adentrarnos al campo y montaña. Todo el paisaje parecía sacado de cuento de aventuras.
Estuvimos atascados en un trancón y por impaciencia me bajé y arrastré a Fer conmigo (había llegado la hora de mover las patitas). Poco antes deer llegar a Las taquillas hay un restaurante en madera de 2 pisos acogedor en el cual entramos a tomar el almuerzo. Ambos pedimos pescado. Él en chuleta y yo asado. (tenía muchas ganas) ahhhhh y el patacón gigante típico que siempre te sirven me mató. DELICIOSO.
La entrada a las termales era un robo. 35.000 por persona y no se podían ingresar alimentos. Miré al vigilante como si de una mierda encarnada se tratase y fer se comió la mayoría de las waffers de chocolate.
Luego de la entrada subimos por una pendiente hasta que vimos una chorrera muy bonita a lo lejos. Imposible no estar impresionado ni tomarse fotos como bobo. Continuamos hasta las piscinas pero no nos metimos. Subimos al segundo piso del edificio blanco que era donde se ubicaba el restaurante (totiado de gente, fue buena idea almorzar antes de entrar), habitaciones para dormir, spa 2nd o piso. Hubiéramos recibido masaje (que por cierto estaba costoso para ser Colombia) de no ser porque no se podía pagar ya que no había Internet (la moraleja es llevar siempre mucho dinero suelto, a pesar de que dicen que Colombia es un País barato, es mentira; el dinero se va como agua y Fer entendió eso.
De regreso caminamos por la carretera destapada para llegar a la pavimentada y ver si la chiva estaba allí tal cual había pedido a los pasajeros. Pasó un jeep y nos montamos, literalmente hablando. Como no había sitios en los que sentarse dentro, nos tocó de pie y agarrados de las barras. Fue los más extremo del paseo. No llovía pero el viento frio agarrotó mis manos (coincidencialmente cuando no puedes moverte es que te pica todo el cuerpo). Fer se tragó una mosca mientras decía algo (él justamente me había dicho poco antes que no abriera la boca mucho para no comerme una, ¡bendito karma!, eso le pasó por reírse de mi altura y el banquillo en el parque Panaca). Muahahahahha fue tan gracioso que no pude parar de reír hasta luego de llegar e santa rosa pueblo.
En el pueblo tomamos un bus que nos llevó a la terminal y de la terminal al hotel. Habíamos tenido un excelente día, lleno de aventuras y momentos bellos para recordar. ¿la mejor parte? estar con Fer y tomar su mano con mucho orgullo, -_-__.l. juju ah, y la mosca. Ahora si era cierto que fer había usado todos los transportes públicos en Colombia y merecía premio por eso.
Al día siguiente fuimos a ver un partido de fútbol en el cual el equipo de fer ganó. Yo me pasé el rato caminando por el centro y la plaza. Era limpio comparado con Cali, acogedor. Al final terminé un dos lindos pares de zapatos (y ya no más por lo menos en los próximos 4 años). En la ter de vimos película de rápido y furioso (buena aunque parecía todo como si tuvieran inmunidad inmortales). Cenamos en un restaurante que quedaba pasando la calle del hotel. todo estaba bien allí. Lo siguiente fue descansar en el hotel para estar como nuevos en la noche, íbamos a salir de nuevo pero a una fiesta privada que Fer había contactado con el organizador. Salimos de allí por eso de las 2 am. Me encontraba tan cansada que no soportaba más tiempo. La fiesta privada fue interesante pero no era para mí...
Catedral |
Al día siguiente comimos nuestro desayuno y nos fuimos al hacer unas vueltas. Almorzamos en un restaurante muy típico. Comimos bien y el sitio estaba lleno.
Regresamos al hotel a reclamar nuestras mochilas, lo siguiente fue el taxi (había empezado a llover a cántaros otra vez). La terminal estaba llena cuando llegamos, era domingo y la operación retorno estaba en marcha. Filas y filas... Pero tuvimos suerte de no esperar tanto. Llegamos a Cali rayando la noche después de que el bus parara para que la gente comiera alguito. Yo compré unas áchiras para mi abuela.
Llegar a la casa fue demorado, los domingos siempre son son así.
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